La palabra ARTE proviene del latín ars, que significa habilidad o destreza, ha acompañado al hombre a lo largo de su historia, siendo una forma de expresión profunda de la experiencia humana. No ha existido ningún grupo humano a lo largo de la historia de la humanidad que haya vivido sin el arte. Desde las primeras pinturas rupestres hasta las más sofisticadas obras contemporáneas, el arte ha sido un reflejo de la visión del mundo y de las emociones de quienes lo crean.
Más allá de la habilidad técnica y de la estética, el arte busca conectar con lo sublime, lo que trasciende el mundo material. Es, por tanto, un medio que permite habitar la dimensión metafísica. El arte más allá de ser una herramienta para darle sentido al mundo material es también un camino que conecta al hombre con su divinidad. El arte se convierte en un puente entre el ser humano y su creador, es una manifestación de la búsqueda espiritual que invita a la reflexión, la meditación y el despertar interior.
